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La otra Camy

No hay "gesto" que valga si no es mutuo (4ª parte)

Se muestran los artículos pertenecientes al tema Ilenia, joven narradora.

24/05/2005

“La casita de espagueti” (por Ilenia Luis Álvarez)

En una ciudad, donde habitaba muy poca gente, vivía una bruja limpia y de buen trato. Vivía en una casita muy extraña, toda cubierta de unos deliciosos espaguetis con tomate que desprendían un olor muy atractivo.
Entonces, un día pasaron por allí unos niños muy rechonchos, porque eran muy aficionados a comer todo tipo de alimentos, pero en especial la pasta. Al percibir el olor tan delicioso que desprendía la casita, se miraron los dos con los ojos golosos y decidieron ir a ver de qué se trataba.
Cuando vieron la casa, pensaron en el gran banquete que se iban a dar. Entonces empezaron a arrancar trozos de las paredes y a comer, sin tener cuenta si eran puertas o ventanas.
En esto, una ráfaga de viento que se coló por uno de los agujeros molestó a la bruja que salió muy enfadada a ver qué pasaba:
-No estéis comiendo directamente de las paredes. Entrad que tengo una lasaña al fuego; os invito a almorzar.
Los niños, muy contentos, entraron con la intención de comer no sólo la lasaña, sino todo lo que pudieran atrapar. La bruja, mientras se guisaba la lasaña, decidió mostrarles la casa a los niños. Cuando llegaron al sótano, empujaron a la bruja y le cerraron la puerta desde afuera. Corrieron hacia la cocina para comerse la lasaña, puesto que el horno ya pitaba. Después de la lasaña, siguieron con la mesa, que sabía a espagueti a la carbonara, y luego las sillas, las puertas y todo lo que encontraron a su paso.
Fue tanto lo que comieron, que les empezó a doler el estómago y les atacaron unos retortijones horribles. La bruja, al oír las quejas de los niños, forzó la puerta y logró salir. Llamó una ambulancia para llevarlos al hospital porque estaban bastantes empachados.
Días después, fue a visitarlos al hospital y de regalo les levó unos apetitosos bombones con sabor a espaguetis a las finas hierbas.

24/05/2005 23:40. #. Tema: Ilenia, joven narradora No hay comentarios. Comentar.

18/05/2005

Nocilla, pan y un cuchillo… nada mejor para un bocadillo. (Por Ilenia Luis Álvarez)

Una mañana, cuando Rosita se iba a desayunar, ya tenía sobre la mesa un bote de nocilla de chocolate, una rebanada de pan recién sacada de la tostadora y un cuchillo muy reluciente.
De repente alguien llamaba a la puerta, así que Rosita, muy sobresaltada, dejó lo que estaba haciendo para abrir. Y entonces comprobó que era un vendedor de enciclopedias, porque llevaba en sus manos un ejemplar lujosamente encuadernado.
El vendedor empezó por presentarse diciendo que pertenecía a una famosa empresa europea que había hecho grandes logros en la cultura. Mientras Rosita se metía de lleno en una conversación con este señor acerca de los escritores del Siglo de Oro, en la cocina estaban ocurriendo cosas muy extrañas.
Noci, que era una muchacha morena y dulce con sabor a chocolate, salió del bote aprovechando que estaba destapado y comenzó a contonearse por la mesa de modo sugerente. Estos movimientos fueron seguidos de cerca por Rebi, un muchacho bastante atractivo pero con un perfume bastante parecido al pan chamuscado. Rebi, sin pensarlo dos veces, la invitó a bailar la rumba que sonaba en la radio:
-¿Me concede usted este baile, bella dama, morena y dulce como el chocolate? –preguntó Rebi.
-Pues... me lo estoy pensando, porque hace un rato Cuchi, aquel chico reluciente de allí, me ha pedido lo mismo y no sé por cuál de los dos decidirme, porque ambos me parecen muy gentiles –dijo la sabrosa Noci,
-¡Ah, ése! Le tengo cierto rencor después de que ha cortado un trozo de mis botas nuevas –se quejó Rebi.
-Pero tienes que pensar que, si no fuera por él, no te vestirías de dulce mermelada, sabrosa mantequilla y otras delicias –contestó Noci con su empalagosa voz.
-Pues bien mirado tienes bastante razón. ¿Qué podemos hacer para resolver esto?
-Yo no sé tú, pero yo, para no complicarme la vida, pienso bailar sola -contestó Noci–. Si queréis bailar conmigo...
Noci cogió de las manos a Cuchi y éste la siguió sorprendido hasta la pista de baile. Luego de untarse uno con otro, se acercaron a Rebi y lo vistieron de una sabrosa capa de chocolate. Entretanto Rosita estaba ya cerrando la puerta a la vez que la canción acababa en la radio.
Cuando llegó junto a la mesa, vio maravillada la enorme tostada untada de Nocilla y a su lado el cuchillo manchado también en su superficie. Rosita no recordaba haber preparado ningún bocadillo, sin embargo cogió la tostada y se la llevó a la boca con satisfacción por haberse librado por fin de aquel plasta de vendedor de enciclopedias.

18/05/2005 10:43. #. Tema: Ilenia, joven narradora No hay comentarios. Comentar.

04/04/2005

¡Oh, no! ... ¿Telenovelas? (Por Ilenia Luis Álvarez)

El año pasado en la clase de 2ºC del Instituto Lucas Martín Espino, todas las chicas decidieron organizar un pequeño viaje de fin de curso. Estuvieron varias semanas organizando todo para que saliera perfecto. Cuando llegaron al hotel en el que se iban a hospedar, se dividieron en habitaciones y empezaron a descubrir todo lo divertido que allí había: una preciosa cancha de tenis, desde allí podías observar el exterior de los apartamentos, también había una relajante piscina climatizada, luego vieron que en la sala que estaba debajo de la recepción solían hacer unos espectáculos fantásticos y también vieron muchas cosa más que suelen tener esos hoteles tan modernos.
Al día siguiente, por la mañana, bajaron corriendo al comedor y coincidieron en la mesa con unas chicas muy amables, pero un poco cerradas al expresarse. Las chicas del otro grupo venían desde Holanda a pasar unos días. Ese mismo día por la tarde, cuando el sol estaba estupendo para tomar, las chicas de Holanda invitaron a las otras a uno de los apartamentos y aquéllas no se negaron a la invitación aunque ellas hubieran preferido tomar el sol.
Cuando las chicas llegaron al apartamento, se encontraron con una enorme mesa, con mucha variedad de chucherías y también tenían a una camarera de piso para servirles. ¿Pero qué es eso? ¿Será que les quieren dar la bienvenida al hotel? Pero... ¿qué puede ser?.
Una de las chicas de Holanda empezó a ofrecerles que ocuparan sitios en las sillas, que pronto iba a empezar. ¿Pero qué iba a empezar? ¡Corre, corre, ya empieza! Las chicas invitadas se miraron unas a otras muy sorprendidas, cuando vieron empezar una especie de telenovela.
¡Oh, no! Las chicas eran unas auténticas aficionadas a las novelas, cosa que no soportaban las chicas invitadas, pero lo soportaron, hasta que...Dios mío. ¿Quiénes son esos megachicos?
Todas quedaron prendadas de sus bellezas, corrieron a presentarse ante ellos y parece ser que había uno para cada una, y eso fue lo que les hizo olvidarse de las telenovelas, pero si el mismo nombre lo dice: “tele no vela”, que no las veas, pero... qué final de unas vacaciones de fin de curso, van diez chicas pero regresan veinte. ¿Cómo que veinte?, ¿quiénes son los otros diez?
¡Oh, ya sé! Cada una se busco un amiguito, o… ¿algo más que un amigo?

04/04/2005 23:08. #. Tema: Ilenia, joven narradora No hay comentarios. Comentar.

03/04/2005

¿Quién era Cuchi–cuchi?

Un día estaba Gloria en su habitación con su amiga imaginaria que la hacía llamar Nieves. ¿Por qué tenía Gloria una amiga imaginaria? Pues, porque Gloria había llegado a una ciudad desconocida y no tenía amigos con quienes estar. ¿Cómo era la amiga imaginaria de Gloria? Nieves era una chica más o menos de la edad de Gloria, quince años a punto de cumplir. Nieves, como su nombre indica, tenía la piel muy blanca, de esas pieles que te apetece acariciarlas, suaves como las de los bebés. También era más o menos alta, morena, ojos marrones y utilizaba unas monísimas gafas rosaditas de pasta. Nieves era la típica persona que sabía escuchar a sus amigas y por eso Gloria estaba encantada de tenerla como amiga.
Gloria estaba un tanto preocupada porque se aproximada la fecha del cumpleaños de su amiga. No sabía qué regalo hacerle. Tenía que ser un regalo especial, porque Nieves la había escuchado durante muchas horas en todos sus problemas y gracias a ella había encontrado las soluciones.
Gloria estuvo varios días pensando y mirando ideas en los escaparates de la cuidad, pero no encontraba nada que se ajustase a ella, y ya que era una amiga imaginaria, tenía que regalarle algo imaginario. Así que se dio a la tarea de seguir pensando, hasta que llegó a una solución bastante satisfactoria.
Decidió irse a una tienda de mascotas imaginarias y comprarle un Cuchi-cuchi, que, por supuesto lo pagó con dinero imaginario. ¿Que qué era un Cuchi-cuchi? Pues un Cuchi-cuchi era un animal de pelo suavecito como el del rusué, y espero no tener que explicar lo que es un rusué.

03/04/2005 12:34. #. Tema: Ilenia, joven narradora Hay 2 comentarios.

23/03/2005

¡¡Me persigue Apolo!! (por Ilenia Luis Álvarez)

Apolo, dios de la belleza, era un joven esbelto y bello. Tenía un amigo que era Cupido, el dios del amor.
Un día que iban los dos por el bosque a una cacería me vieron y se quedaron prendados de mi belleza y empezaron a discutir acaloradamente. Fue tal discusión, que Cupido, para vengarse, cogió sus flechas y disparó: para Apolo eligió una fecha envenenada de amor y para mí eligió otra envenenada de desprecio.
Así que Apolo, cegado por el amor, comenzó a perseguirme de una forma muy pesada y yo huía todo lo rápido que me daban las piernas, pero no había forma de deshacerse de aquel pesado, como no fuera pidiéndoles a los dioses que hicieran algo por mí. Y eso fue precisamente lo que hice. Le pedí con todas mis ganas a los dioses que me salvaran de aquel tormento y parece que me escucharon.
En una de éstas, me tropecé y caí al suelo y con ello perdí ventaja en la carrera. Por eso Apolo logró alcanzarme.
Mi sorpresa fue muy grande cuando me puso la mano encima y mi cuerpo comenzó a transformarse como por arte de magia: Mis cabellos se tornaron de color verde y se convirtieron en hojas, mi cuerpo comenzó a arrugarse y mi piel se volvió dura y áspera. Mis pies se hundieron en la tierra como si fueran raíces.
Me sentí bastante extraña, pero sin embargo muy aliviada porque por fin me había librado del pesado de Apolo, que más parecía un pulpo que un dios.
Pues aquel dios lo pasó muy mal, porque fue tanto lo que lloró por no poder alcanzarme, que tampoco sus lágrimas ayudaban gran cosa. Cuanto más grande era su llanto, más fuertemente se clavaban las raíces en el suelo. Pero al final me dio un poco de pena del pobre Apolo, y fuimos grandes amigos.

23/03/2005 18:34. #. Tema: Ilenia, joven narradora No hay comentarios. Comentar.

“Me pilló” (de Ilenia Luis Álvarez)

Era un viernes después del recreo y teníamos clase de Matemáticas. Nuestro profesor, un viejo ogro, calvo y arrugado, que solía tener muy malas pulgas, no nos dejaba en clase ni hacer un movimiento en falso.
Ese día había gastado todos mis ahorros de la semana, en que me había dejado de comer chuches, en una nueva revista Super POP, que regalaba una agenda muy chachi.
Hacía como diez minutos que habíamos entrado en clase y el profesor estaba explicando las divisiones de tres cifras. Yo apenas tenía diez años, pero ya era una completa aficionada a las revistas Super POP porque solían traer unos posters y unos regalos muy chulos . Yo había guardado la revista debajo del pupitre y mi compañera me dijo que le prestara el libro de Matemáticas. Cuando fui a sacarlo mi compañera vio la foto de David Beckham en la portada de la revista y quiso que se la dejara ver, ya que ese jugador era su favorito. Nos pusimos las dos a ver el reportaje con fotos que había en el interior de la revista. La verdad es que el chico salía muy bien en las fotos.
Había una que tenía la camiseta del Madrid (el equipo en el que juega), que le quedaba genial, y mi compañera me pidió que se la recortara para pegarla en su habitación. Justo cuando se la estaba recortando, sentí un estruendo detrás de mi cuello. Era la voz del ogro que me preguntaba: ”Ilenia, ¿cuántas van de siete a doce?”, y yo que estaba muy concentrada en los ojos verdes de David Beckham mientras recortaba la foto de la revista, le contesté “cero a dos, ganando en Madrid”.

23/03/2005 13:40. #. Tema: Ilenia, joven narradora Hay 2 comentarios.

22/03/2005

Grandes almacenes (Por Ilenia Luis Álvarez)

Un sábado de febrero antes de los carnavales, la familia Pérez se fue a unos grandes almacenes, El Corte Inglés, para comprarse unos disfraces para poder celebrar los carnavales con los demás.
Había tanta gente, tantas tiendas y tanto alboroto, que en uno de los momentos, cuando nadie echaba cuenta, Pepito se despistó en uno de los escaparates viendo un disfraz de Superman.
Cuando se dio cuenta, sus padres habían desaparecido. Se volvió loco buscando a sus padres pero se perdía cada vez más.
Hasta que se hartó de buscar y en una de las esquinas de la última planta de arriba se puso a llorar. Uno de los seguritas lo descubrió y luego fueron hasta la megafonía y por fin pudo encontrar a sus padres.
Luego fueron muy juntos a comprar los disfraces. Entraron en una tienda cuyo escaparate era muy llamativo, por los tantos colores que tenía. La tienda se llamaba “Las brujas de Salem” y era muy espaciosa, tenía tres plantas, una era de disfraces, donde podías encontrar cantidades de disfraces muy originales, la otra planta era de accesorios de carnaval y la última planta era una peluquería donde te podías transformar y caracterizar como el personaje que más te gustara.
Las dependientas llevaban unos extrañísimos disfraces de brujas y hadas que le daba un ambiente muy propicio a la tienda. La familia Pérez, que venían muy juntitos, se impresionaron, les llamó mucho la atención y entonces... ¿qué pasó? ¡Oh, no! La familia Pérez se dispersó debido a que a cada miembro de la familia le gustaba una parte de la tienda diferente.
La madre buscaba uñas postizas y pelucas en la segunda planta, el padre se perdió en una galería buscando un traje de bombero, y Pepito seguía empeñado en su traje de Superman.
La madre, cuando todavía estaba con Pepito, entró en un probador para ver cómo le quedaba una gran pamela roja, bastante horrorosa por cierto, y le dijo al niño que la esperase por fuera del probador hasta que ella saliese. El niño obedeció y se quedó en la sala de probadores sin poder quitarse de la cabeza su añorado traje de Superman. En esto a su madre se le enganchó una flor de la pamela en un mechón de la peluca postiza, así que comenzó a luchar para que no se le rompiese ni una ni otra pieza pero cuanto más intentaba más lo enredaba y llegó un momento en que la pamela parecía una bola de pelo enmarañado. Cuando logró quitársela de la cabeza decidió arreglar aquel desperfecto antes de devolverlo a la estantería, no fuera que tuviera que pagar sin llevársela.
La mujer se sentó en la butaca del probador y con toda la paciencia del mundo se puso a desenredar rosa por rosa y cabello por cabello y así tardó bastante tiempo. Mientras tanto Pepito se desesperaba y viendo que no salía se acercó a preguntarle si tardaría mucho, ella le contestó que se diera una vuelta que aquello iba para largo. Pepito bajó a la sala de disfraces en busca de su objetivo, el traje de Superman. Sin pedir ayuda se recorrió todos los pasillos pero no daba con él, hasta que se sintió otra vez perdido y empezó a darle menos importancia al traje y empezó a pensar en sus padres.
Cuando ya estaba a punto de echarse a llorar del pánico vio un policía de espaldas y decidió ir a preguntarle como podría encontrar a sus padres:
-Perdón, señor policía, me he perdido y...
-Pepito, ¿tú no estabas con mamá?
-¡¡Papi!!

22/03/2005 15:19. #. Tema: Ilenia, joven narradora No hay comentarios. Comentar.

El amigo extraño. (Por Ilenia Luis Álvarez)

El Abc era un niño un poco extraño. No era muy alto, no tenía pelo y tenía cuatro ojos, dos por delante y dos por detrás; eran de color fucsia.
Era un poco grueso y también le salían de los dedos unas lluvias de estrellas espaciales, que le solían salir sin querer cuando estaba muy contento o hacía algo que le gustaba o cuando estaba satisfecho consigo mismo.
Él era un niño muy simpático, casi siempre con buen humor, agradable y muy comprensivo, ya que no se comunicaba como nosotros, se comunicaba a través de bits y tartamudeos.
Era una persona pero a la vez una extraña persona.
Al Abc lo conocí un día muy bonito en que yo estaba de muy buen humor y me entraron muchas ganas de quitar las malas hierbas del jardín. Hacía un sol espantoso, aunque no importa, yo me encontraba muy a gusto pudiendo ayudar a mi madre en las labores de la casa, pero, de repente, sentí una ráfaga de aire que me tocó el moño y volví la cabeza y vi al lado de la valla del jardín sus ojos que me miraban muy fijamente.
...Y como me llamó la atención, lo invité a que pasará al jardín y le empezaron a salir muchas estrellas espaciales y desde ese momento Abc se ha convertido en mi amigo particular.

22/03/2005 15:12. #. Tema: Ilenia, joven narradora Hay 2 comentarios.

 

 

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